Unos pasos para acercarte a la Fundación Rafa Nadal, a su edificio en el barrio de la Soledat, en Palma de Mallorca, bastan. Bastan para percibir una sensación. Son suficientes para detectar que los valores que impregnan esa labor son reconocibles, están marcados. Un pequeño cartel, con un anagrama de Rafa celebrando un punto, el logotipo de la Fundación, da la bienvenida a un funcional edificio hecho para trabajar por los demás. Con humildad, con sacrificio, lejos de lemas grandilocuentes, innecesarios, pero con valores y con trabajo. La Fundación es el mejor ejemplo de cómo trasladar a la sociedad los valores de su patrono.
Pero ahí más, mucho más, detrás de ese nombre. De hecho, lo que hay tras el nombre de la Fundación, lo que no se ve, lo es todo. Una labor humilde, que no da un segundo paso sin haber asegurado el primero. Que ha empezado por el principio, por un niño, luego otro, y otro, y otro. Que ha empezado por un barrio desfavorecido, que se ha asentado en una zona de Palma que no se ve si no llegas a ella. Que quiere hacer una buena labor llegando a los más pequeños a través de valores, de educación, de trabajo.
“Creemos en la igualdad de oportunidades, y a través del deporte y la educación queremos que todos los niños tengan esas mismas posibilidades que otra persona independientemente de su procedencia o condición”.
“El objetivo de la Fundación es ayudar a cuantos más niños mejor. Creemos en la igualdad de oportunidades y por eso intentamos que a través del deporte y la educación puedan acceder a esas mismas posibilidades que otra persona independientemente de su procedencia o condición”. Quien así lo explica es María Francisca Perelló, Directora de Estrategia y Relaciones Institucionales de la Fundación Rafa Nadal, pareja de Rafa desde hace años. María Francisca lo tiene muy claro, la Fundación es una herramienta para fomentar y generar igualdad de oportunidades, para salvar barreras y eliminar obstáculos a los más pequeños.
“Creemos en la posibilidad de potenciar el talento de gente que no se puede permitir ese salto a nivel educativo o deportivo. Intentamos aprovechar esos valores de la sociedad en beneficio de los más pequeños, queremos abrirles la mente y que ellos sepan que también pueden lograr lo que se propongan, ya sea en el ámbito deportivo, laboral, estudiando… Y Rafa es una imagen muy positiva para ellos en ese sentido”, explica María Francisca…
…Y lo confirman los niños, los verdaderos protagonistas del centro. Los chicos y chicas que están en el centro acuden varias tardes a la semana, cuando no hay colegio; ocupan un tiempo que podría estar desaprovechado, o peor, mal invertido, en poner bases para su futuro deportivo, laboral, personal, en ampliar sus capacidades, incluso detectarlas… y de forma “entretenida, divertida, de forma súper guay”. “Hacemos deporte, y los días que no hay deporte hacemos talleres, talleres de acoso, de bullying… Nos los pasamos genial en la Fundación Rafa Nadal”. “Nos ayuda a ser mejores personas, a hacer amigos, y a saber que todos somos iguales, que no hay diferencias entre nosotros”. No son frases de un manual, ni de una proclama de objetivos, son frases de los niños de la Fundación Rafa Nadal.
El deporte y las vías de actuación
Evidentemente, si la Fundación es una herramienta, el deporte es un gran método: “El deporte tiene valores asociados como la autoestima, la superación, el esfuerzo, el sacrificio, el compromiso. El deporte te los enseña y potencia las capacidades de cada uno”, añade María Francisca.
“El deporte aporta a todos ellos, genera cambios en cada uno de ellos en la medida de sus posibilidades, y lo tenemos integrado, en el centro se respira deporte”, argumenta Eunate Gómez, responsable de proyectos, que además nos desgrana las tres vías de actuación de la Fundación, que tiene claro su foco de actuación, tiene claro por dónde empezar y dónde llegar de inicio. “Tenemos una parte dirigida a proyectos que atienden a la discapacidad intelectual, como el proyecto Más que Tenis. Tenemos otro área de intervención social, ahí ubicamos el centro de la Fundación Rafa Nadal en Palma, de integración y deporte, en el que trabajamos educación y deporte. Y tenemos otra tercera área de intervención de promoción del talento con las becas de Study and Play”.
El futuro de la Fundación, la India y nuevos centros
La Fundación Rafa Nadal quiere avanzar. Trabaja en proyectos de ayuda internacional, como en la India.
“Todo el mundo sabe las necesidades que tienen los niños, jóvenes y adultos en países subdesarrollados”, recuerda la Directora de Relaciones Institucionales. Por eso, la fundación Rafa Nadal también tiene un área de actuación en la India, donde a través de la práctica del tenis, entre otras actividades, ayuda a niños en situación de riesgo, como los de la región de Anantapur. La Fundación ha renovado además su proyecto solidario en India en colaboración con la Fundación Vicente Ferrer (el Centro Educativo cuenta con cinco pistas iluminadas), con un proyecto que trata de mejorar la vida de niños con la práctica del tenis como parte de su desarrollo integral, y aportando además becas y apoyo en los estudios, asistencia sanitaria y alimentación.
Gracias a su paso por el proyecto, y a través de las experiencias surgidas de la práctica deportiva, los menores atendidos mejoraron su relación y socialización con los demás, interiorizaron hábitos saludables y vieron favorecida la dinámica familiar.
En España a veces cuesta entender la falta de ayuda que necesitan ciertas familias. Ha habido concienciación con la crisis, pero aún así nos cuesta entender las necesidades de los menores de las grandes ciudades
Pero también en España hay intención de crear más centros como el de Palma de Mallorca. “En España a veces cuesta entender la falta de ayuda que necesitan ciertas familias. Ha habido concienciación con la crisis, pero aún así nos cuesta entender las necesidades de los menores de las grandes ciudades. Nuestra idea es tener más centros como este, replicar esta metodología que funciona a otras ciudades donde hay necesidades y hay familias y niños con riesgos de exclusión social y con muchas necesidades”, recuerda María Francisca.
“Estamos en esos primeros pasos de diseñar, ubicar, identificar necesidades con la ilusión en el tiempo que sea de tener otro centro por ahí”, agrega Eunate.
La Fundación ha iniciado un camino de pequeños logros para llegar al gran éxito. Como si fuera un partido, primero el punto, luego el juego, luego el set, y luego el partido y el campeonato. Pero lo primero es lo primero. Un chico, una ayuda, un foco. Y trabajo. Así es como más lejos se llega. Así es como se consigue el éxito, el de un niño bajo en autoestima que tras su paso por la Fundación se crece hasta ser competitivo en el deporte y en la sociedad; el de una niña que logra una beca por sus capacidades cuando sin la ayuda de la Fundación nunca podría haber accedido a ella; el del rostro de muchos niños que cada día en la Fundación hacen mejor su vida y su futuro gracias a la ayuda que le prestan. Los otros grandes éxitos de Rafa Nadal, de la Fundación Rafa Nadal.